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“Me duele que mis canciones no suenen en Perú”: Melcochita se pone serio para hablar de su música y de aspiraciones políticas de Carlos Álvarez

Tras 25 años sin grabar un álbum en estudio, Melcochita lanza un nuevo disco que considera un renacer en su carrera musical. A sus 88 años, el sonero peruano reafirma que la música es su verdadera vocación. También habla de la TV y opina de las intenciones de Carlos Álvarez de llegar al sillón presidencial en las próximas elecciones.

Dice que prefiere la música a la comicidad, y lo dice con el alma. Melcochita, el sonero que hizo bailar al mundo con sabor peruano, vuelve a sus raíces. Después de 25 años, graba un nuevo disco de estudio reafirmando una trayectoria marcada por logros que lo convirtieron en pionero: fue primero en ponerle conga al rock, el primer peruano en ingresar al Museo de la Salsa de Nueva York y el primer latino en llevar su carisma al programa de David Letterman. Compartió tarima con leyendas como la Fania All Star, Celia Cruz, Johnny Pacheco, Tito Puente y Willie Colón; y aunque ha conquistado escenarios imponentes, aún guarda un sueño: cantar en el Gran Teatro Nacional.

“El año pasado me propusieron hacer este nuevo disco. Me animé porque no solo es para el público peruano, también para el de afuera”, señala con satisfacción.

El sello Play Music fue quien lo animó a dar este paso. El resultado: “El sonero llegó”, un álbum con doce temas donde Pablo Villanueva reinterpreta clásicos de la salsa a su estilo. “Modernicé algunas canciones antiguas. Están, por ejemplo, ‘Pa’ bravo yo’, ‘La gorda’ de Justo Betancourt, ‘Son de la Loma’ del Trío Matamoros, ‘El cantante’ de Héctor Lavoe, ‘Goza negra’ de Celia Cruz”, enumera con entusiasmo. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

Aclara que no cambia las letras, pero sí les da otro sabor: “Les doy otro feeling”. Y detrás de esta elección hay una intención clara: tender puentes entre generaciones.

“Elegí estos temas para acercar a la nueva generación a este tipo de música, que se den cuenta cómo era la salsa de antes, con letras bonitas, con sentimiento, no como las de ahora, superficiales”, destaca.

Para promocionar su nuevo disco, Melcochita estrenó el video de “Pa’Bravo Yo”, una contundente versión del clásico de Ismael Miranda, en donde aparece junto a Carlos Carlín. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

Inicio musical
Aquel niño que comenzó en 1943 en el conjunto Son de Aruba, apenas con 6 años, se convirtió en testigo y protagonista de una era dorada. Antes de dedicarse a la música, trabajó en una joyería hasta que el ácido le dañó las manos. Entonces su hermano le enseñó a tocar la conga. Así empezó todo. Pasó por agrupaciones, dominó la batería y se presentó en lugares como el Embassy y el Negro Negro, donde conoció a Augusto Ferrando y, casi por azar, se volvió comediante.

Más tarde, su talento lo llevó a Nueva York, donde representó al Perú cuando aún decir “soy de Perú” era sinónimo de anonimato. “En ese tiempo decía que vengo de Machu Picchu, porque cuando decía Perú no sabían qué país era”.

En Estados Unidos grabó “El Pegaso” y fue un éxito. A lo largo de su vida ha grabado 75 salsas en el Perú, pero —y aquí su voz se quiebra un poco— ninguna suena en las radios. “Eso me duele”, confiesa. “Porque esta música tiene historia, tiene alma, y no se valora. Pero sigo adelante. Porque sé que lo que hago es bueno, y que todavía hay quienes quieren sentir esa salsa de verdad”. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

En 1969, cuando la escena musical limeña comenzaba a respirar nuevas influencias, Melcochita ya estaba un paso adelante. Su versatilidad lo llevó a prestar su voz al tercer LP de Los York’s, una de las bandas más emblemáticas del rock psicodélico peruano. No era la primera vez que colaboraba con ellos: ya había hecho coros y tocado instrumentos, pero esta vez su participación fue protagónica. Ese mismo año, también marcó un hito con Traffic Sound, otro de los grupos pioneros del rock nacional, al grabar la percusión del disco “Virgin”. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

“Fui el primero en ponerle conga al rock, me parece que fue en ‘Meshkalina’. Luego en Estados Unidos siguieron mis pasos”, dice con orgullo. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

Sueños pendientes
A sus 88 años, Melcochita no deja de soñar. Ha recibido múltiples reconocimientos, ha compartido escenario con leyendas y ha dejado su marca tanto en la música como en la televisión. Pero aún guarda un anhelo: “Quisiera hacer un espectáculo en el Gran Teatro Nacional. En otros países he trabajado en tremendos escenarios. Me gustaría hacerlo aquí también, en mi tierra”.

Aunque logró convertirse en un ícono de la comicidad, su verdadera pasión es la música. “Me gusta más hacer música. A la televisión llegué de casualidad, tras presentarme en el programa de Augusto Ferrando”, recuerda con sencillez.

Hoy, con el cariño del público intacto, no descarta volver a la televisión. Y al hablar del esperado reencuentro entre Jorge Benavides y Carlos Álvarez, su respeto es evidente: “Muy bien, los dos son bravos, son señores de señores. Gente cabal, que se comporta bien y no son sobrados”, enfatiza.

Sobre las aspiraciones políticas de Carlos Álvarez, Melcochita las respalda: “Es una persona que sabe mucho, estudiada. Me parece muy bien. Todos creen que un comediante no puede hacer política. Están equivocados. Nosotros los artistas conocemos mucho más las necesidades de la gente por los viajes que hacemos. Ojalá gane”.

Habla con la honestidad de quien ha vivido mil vidas en una. Con la pasión intacta, el alma llena de ritmo y la esperanza de que su salsa, esa que “tiene alma y no se valora”, vuelva a sonar fuerte, como merece. Porque Melcochita no se rinde. Porque, como siempre dice: “¡No vayan!”. Pero él sí, siempre va. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»

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